Tenemos la capacidad de sobrevivir a situaciones adversas en soledad, pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos. Desde pequeño Martín Luther King, se enfrentó a la injusticia que sufría en su país, pero no se inclinó por ninguna de las opciones clásicas: “quejarse y no hacer nada” o “recurrir a la violencia”. Convencido que la violencia no es buena consejera encontró una tercera opción para cambiar su realidad: luchar por lo que consideraba justo con fortaleza, pero sin agresión. Su actitud marcó la diferencia.#ElPilarDeLeRenovacionSoyYo Desde su rol en la entidad ¿Cómo marca la diferencia? ¿Cuándo marcamos la diferencia?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario